miércoles, 26 de enero de 2011

INTRODUCCION


Alejandro de la Sota construyó la casa Dominguez en su etapa de vida contemplativa, que empieza tras una depresión que comienza a principios de los 70, debido a una década de fracasos, como es el de el proyecto de oficinas en la Castellana madrileña. En esta etapa, Sota recorre un trayecto de despojamiento en el que la arquitectura no solo se desprende de la forma, sino que aspira incluso a liberarse de la construcción. Así, las estructuras modulares de los 70 se convierten en matrices isótropas que trocean entre los distintos usos, y los cerramientos de vidrio y chapa se adelgazan progresivamente, hasta transformarse en pieles casi inmateriales. Su conocida expresión"el cubo que funciona" describe bien el objetivo de esta evolución ascética.

Sus últimos proyectos, como es el caso de la casa Dominguez, iluminan la levedad de nuestra estancia en la tierra. Apenas materiales, las propuestas esenciales se disuelven en aire, fracturando la casa entre el suelo y el cielo o separando sus partes en piezas delicadas y ajenas.

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